Mañana, tras el sueño

Mañana, tras el sueño,
ya no serán mis manos
los espejos de los relojes
ni los calendarios quemarán
los ritmos
para que corran las mareas.

Mañana, tras el sueño,
ya no veré los torbellinos
de mi mente
que huían hacia el norte
donde el Shannon
me enrolla en sus meandros
con tu pelo.

¡Ya no quiero dormir!
Ahora busco la ausencia de tus dedos
en mis labios.
Ahora húndeme en tu vaguedad.
Ahora no quiero el sueño.
Ahora poetízame
sin que para ello mueran las gaviotas
que traen el sonido
de las rompientes.

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