Dioses pequeños
Dioses pequeños
nos esperan
a las puertas cerradas
por el azogue de los espejos;
sus caras insomnes,
abandonadas e inexpresivas
se ocultan tras sus manos
con el abandono
de su pelo sobre mi hombro.
nos esperan
a las puertas cerradas
por el azogue de los espejos;
sus caras insomnes,
abandonadas e inexpresivas
se ocultan tras sus manos
con el abandono
de su pelo sobre mi hombro.
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