Llorar

Llorar






Pero no como los cocodrilos
sino como las alfombras
los surtidores
las escaleras
los andenes
la tristeza
las lágrimas
los tejados
los sueños
los retratos
Las formas de nosotros mismos
que no se reconocen en los espejos
ni en los cachos de hojalata
que se nos clavan en las muñecas





en las venas

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