Se nos abren las costuras del tiempo
Se nos abren las costuras del tiempo
como un poema deshilachado
al final de cada verso
y, más allá del punto final,
surge una rima cortante
que busca el beso
o las aristas de los escalofríos.
Entonces
escribimos a carne abierta
lamiéndonos las heridas
para que la sangre no deje de brotar
a borbotones
como si el dolor
fuera una forma de vivir
que nos descubre un amanecer.
Se nos cierra la cremallera del olvido
como una estrofa estanca
al principio de cada línea
y, más acá de la mayúscula inicial,
se oculta un verso libre
que busca el labio
o la zona convexa del sueño.
como un poema deshilachado
al final de cada verso
y, más allá del punto final,
surge una rima cortante
que busca el beso
o las aristas de los escalofríos.
Entonces
escribimos a carne abierta
lamiéndonos las heridas
para que la sangre no deje de brotar
a borbotones
como si el dolor
fuera una forma de vivir
que nos descubre un amanecer.
Se nos cierra la cremallera del olvido
como una estrofa estanca
al principio de cada línea
y, más acá de la mayúscula inicial,
se oculta un verso libre
que busca el labio
o la zona convexa del sueño.
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