Vuelta al cole

Volvemos a las habitaciones minúsculas
donde nos arrebujamos
junto a las bolas de polvo
que nos recuerdan los fragmentos
del olvido.

Volvemos a las mirillas de dioses pequeños
y vemos el mundo como una prodigio cónico
a través de una cabeza de alfiler
que se nos clava
en las raicillas del dolor.

Volvemos a las madrigueras de tiempo
y nos cubrimos con sábanas de verano
para recordar cómo la niebla
envolvía la desembocadura del Lagares,
las laderas rodaban en el valle de Unciti
y el humo tornasolaba el horizonte
más allá del Duero.

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