Ese mundo que entra
SAL 15-III-05
Ese mundo que entra
a trompicones
cuando las paradas de autobús
brotan de los desagües
atestadas de sueños
en espera...
Esa palabra que se escribe
en el límite de la hoja
donde puede existir
un vacío
o una multitud
de dioses de paja
y hadas de lluvia en los cristales...
Ese cielo que se refleja
en los trigales
porque soñamos con volver,
con estar allí:
un mundo de palabras desnortadas
y labios aplastados
como corazones de amapola
tras el cristal.
... pero aún te recuerdo... todavía
vivías en la buhardilla de tus ojos
y me enseñaste la ruta de las cigüeña
a cambio de un ramo de narcisos (como yo mismo)
una noche que quiso
olvidar
la llegada de la primavera.
Ese mundo que entra
a trompicones
cuando las paradas de autobús
brotan de los desagües
atestadas de sueños
en espera...
Esa palabra que se escribe
en el límite de la hoja
donde puede existir
un vacío
o una multitud
de dioses de paja
y hadas de lluvia en los cristales...
Ese cielo que se refleja
en los trigales
porque soñamos con volver,
con estar allí:
un mundo de palabras desnortadas
y labios aplastados
como corazones de amapola
tras el cristal.
... pero aún te recuerdo... todavía
vivías en la buhardilla de tus ojos
y me enseñaste la ruta de las cigüeña
a cambio de un ramo de narcisos (como yo mismo)
una noche que quiso
olvidar
la llegada de la primavera.
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